El 13 de octubre de 1994 fue creada la parroquia San Pedro, mediante acuerdo Nº 002308, publicado en la Gaceta Municipal del Distrito Federal, Extraordinario número 1484. Esta nueva parroquia, es la número 21 del municipio Libertador, formada de espacios que anteriormente pertenecían a sus similares de Santa Rosalía y El Recreo, teniendo como limites por el norte las parroquias El Recreo y San Agustín, al sur con la parroquia El Valle y el municipio Baruta del estado Miranda, al este con el referido municipio y al oeste con la parroquia Santa Rosalía y El Valle1.Como antecedente previo al surgimiento de esta entidad político-territorial, producto del crecimiento demográfico a partir de los años 50s; con la creación del Área Metropolitana de Caracas; hubo la necesidad de crear una feligresía, por parte del párroco Monseñor Héctor Peña Guevara. En este sentido, para el 24 de marzo de 1952, fue decretada la parroquia eclesiástica San Pedro Apóstol, por el entonces arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo Castillo. Para la época, los devotos realizaban su congregación bajo el apoyo del Padre Juan Reghezza2. Esta parroquia impactaba directamente a la feligresía de las urbanizaciones Los Chaguaramos, Santa Mónica y Valle Abajo.La iniciativa para promover la nueva parroquia civil de San Pedro, la llevaron a cabo los residentes de las comunidades de Santa Mónica, Las Acacias, Los Rosales, Valle Abajo, León Droz Blanco, Los Chaguaramos y Colinas de Los Chaguaramos, entre otros; en la década de los 90s; del siglo pasado3.Cabe resaltar que hubo dos propuestas adicionales para la nueva parroquia. Varios vecinos residentes de las comunidades de los sectores vecinales lo que sería la Parroquia Santa Rosalía, y colindantes; en las discusiones para llevar acabo la propuesta para el nombramiento de la nueva parroquia, propusieron que fuese nombrada Tiuna, símbolo indígena de nuestros antepasados, cuya plaza se encuentra arraigada en el espacio geográfico de la recién creada parroquia.También, algunos ciudadanos demandaban que conllevara el nombre Universitaria, por encontrarse la Universidad Central de Venezuela (UCV), en la vecindad que alberga a miles de estudiantes de Caracas, y del interior del país4. Actualmente, Patrimonio Cultural de la Humanidad, desde el año 2000. En este sentido, se impuso la voluntad de las mayorías de los ciudadanos donde exigieron que fuese designada Parroquia de San Pedro.Ante esta situación, todos unidos en una sola voz, acudieron ante las autoridades del Concejo Municipal del Municipio Libertador, para exigir la creación de la nueva Parroquia San Pedro; siendo la número 21, para ese momento histórico; lo cual, se materializó el 1 de octubre de 1994, con una votación unánime por parte de los integrantes de la Cámara Municipal, donde, los Ediles, encabezados por el Concejal Giovanni Pascuali, aprobaron la solicitud exigida por los habitantes de las urbanizaciones: Los Rosales, Las Acacias, Colinas de Las Acacias, Santa Mónica, Valle Abajo, entre otras; en el cual, demandaban sus reivindicaciones sociales. Ya que, siendo parte de la parroquia Santa Rosalía, sus peticiones reivindicativas básicas, no eran cumplidas por la autoridad civil autónoma.Como se indico al principio, el día jueves 13 de octubre de 1994, en la Gaceta Municipal del Distrito Federal, extraordinario número 1484, salió publicado en el acuerdo n. 002308, y, donde destaca el uso de las atribuciones que le confiere en el Artículo 2., de la Ley Orgánica del Distrito Federal; cuyo considerando se expone lo siguiente:“La iniciativa de los habitantes de las comunidades de Las Acacias, Colinas de Las Acacias, Los Rosales, Valle Abajo, León Droz Blanco, Santa Mónica, Los Chaguaramos, Colinas de los Chaguaramos y calle Auyantepuy de Colinas de Bello Monte, representados por sus respectivas Asociaciones de vecinos; solicitar ante esta ilustre Cámara Edilicia, la creación de la Parroquia San Pedro, previo cumplimiento de los requisitos legales exigidos a tal efecto….Que las mencionadas comunidades tienen un origen común, debido a la simultaneidad del nacimiento de ellas, a mediados de este siglo….” 5Cabe resaltar que, la primera urbanización antes de nombrarse la parroquia de San Pedro; fue la urbanización Los Rosales, en la década de los años 40s; en cuyos espacios se encontraba la hacienda del “Valle Abajo”, bajo la presidencia del General Isaías Medina Angarita; posteriormente fue construida La urbanización las Acacias y Colinas de las Acacias; en los espacios del fundo “La Palomera”, entre otras6.Como se ha visto, esta parroquia está compuesta “(…) por urbanizaciones de clase media obteniendo una de los mayores porcentajes de captación del Producto Interno Bruto de la capital.”7 Además cuenta con una serie de monumentos y espacios recreativos como la Basílica Menor de San Pedro Apóstol, el Paseo Los Ilustres y su monumento a los Símbolos Patrios, la plaza en honor al Cacique Tiuna, el Heleicoide de Roca Tarpeya, los monumentos a Maria Lionza, Salvador Allende y Benito Pérez Galdo. FUENTES Acuerdos Nros.: 002308 y 002309, mediante los cuales se crean las nuevas parroquias en el Municipio Libertador del Distrito Federal que se denominarán San Pedro, y San Bernardino, en Gaceta Municipal del Distrito Federal, Extra Nº 1484, Caracas, jueves 13 de octubre de 1994, pp. 1-2. Elschnig, Hans Dieter (2003). Santiago de León de Caracas: una guía practica historica cultural para caraqueños y visitantes. Caracas, Editor Hans Dieter Elschnig, pp. 184. Moreno, A. A. (1972). Caracas, su Evolución y su Régimen Legal. Madrid: Ediciones Edime. Nays, A. F. (21 de 09 de 1994). Dos nuevas parroquias en el Municipio Libertador. El Universal, págs. 2-26.VALERY, Rafael. (s.f.). La Nomenclatura Caraqueña. Primicias24.com (2020) ¿Sabías Qué? Hace 26 años fue fundada la parroquia San Pedro de Caracas. En: https://primicias24.com/tal-dia-como-hoy/296247/sabias-que-hace-26-anos-fue-fundada-la-parroquia-san-pedro-de-caracas/ (visto el 23/09/2025) Institucional Assets and Monuments of Venezuela (2015). Basílica de San Pedro. En: https://iamvenezuela.org/2015/09/basilica-de-san-pedro/ (visto el 23/09/2025)
HISTORIA DE LA PARROQUIA SAN BERNARDINO
Continuando con la creación de las parroquias caraqueñas, nos avocamos a realizar una breve reseña histórica de la segunda urbanización de la ciudad de Caracas y posteriomente, Parroquia San Bernardino, la cual, fue proclamada el primero de octubre de 1994.La hacienda cafetera San Bernardino que perteneciera al Marqués del Toro, inicialmente para la produccion de trigo y café, en la epoca colonial; posteriormente, se convirtió en la produccion agrícola y ganadera. En ella, se encontraban dos casas de veraniego, que servía como control de la Hacienda por su dueño, para visualizar el lugar, por su posicion geográfica estratégica; la Quinta Anauco Arriba, cuyo propietario inicial fue el Capitán Juan Sánchez Morgado, adquirida en 1632, y Anauco Abajo; que fue construida en 1797 por el Capitán Juan Javier Mijares de Solórzano; nieto del Conde de San Javier.Fallecido el Capitán Mijares de Solórzano, en 1812, la casa continuo ocupada por su viuda, Maria Geronima de Tovar y familia. En 1821, al restablecerse gobierno patriota, y ante las previsiones por su seguridad, la familia decidió emigrar a Curazao. La propiedad paso a ser propiedad de la Nación por una ley que para la epoca los bienes de los emigrados pasarian a manos de la República1, quién la cedería al comerciante Samuel Dawlar, como pago de deuda. Posteriormente, el inmueble, fue adquirida por varias familias, comenzando por el General Francisco del Toro, entre otras; y finalmente, la familia Erasos; ésta última se la dona al Estado para el uso de un Museo Colonial.Para el primer gobierno de Antonio Guzman Blanco, el 19 de junio de 1874, el arzobispo Silvestre Guevara y Lira decreta la creación de la Parroquia Eclesiástica San Bernardino, separándola de la Catedral de Caracas. De acuerdo con una estimación censal de 1877, se menciona que San Bernardino posee unos 1.200 habitantes, la mayoria de ellos agricultores.2Cabe destacar, que a partir de 1936, cuando comienza el crecimiento poblacional en Venezuela, producto de la migración interna y externa, hubo la necesidad de poner en práctica un plan de vivienda para cubrir las necesidades de las familias provenientes del interior del país como del extranjero.En este sentido, varios empresarios privados como Gustavo y Alberto Vollmer, Oscar Augusto Machado, familias judías, entre otros, adquieren los terrenos para la construcción de un urbanismo3. De esta manera, San Bernardino se convertiría en la segunda urbanizacion caraqueña, que rompiera con los esquemas tradicionales en materia de vialidad, ornato, etc., que el Ilustre Americano, había diseñado en toda la ciudad capital4. corroborado por el arquitecto Henry Vicente Garrido , “la primera urbanización yuxtapuesta al centro de la ciudad con un esquema de ocupación territorial diametralmente opuesto a éste, de ejes y nodos estrellados, pero contando también con modelos de habitación aislada, suburbanos”5.En esta urbanización se construyeron una serie de edificios emblematicos, como el Hotel El Avila en 1942, el Hospital Oncológico Luis Razetti, pionero en América Latina, inagurado en 1946. Un año despues, se inagura el Centro Médico y para 1948 se ubicará en San Berdarnido la sede de la embajada de los Estados Unidos6. También en la zona se establecieron centros educativos como el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) en 1970 y la primera sede de la Universidad Metropolitana (UNIMET) en 1972.Hacia la decada de 1980 inicia un exodo de de famlias de la clase alta caraqueña Las Mercedes o El Hatillo por inseguridad, lo que conlleva al abandono de casonas, varias de ellas se convierten en bodegas o talleres mecánicos7.Ahora bien, a pesar de este panorama poco halagador, San Bernardino obtuvo su estatus de parroquia por intermedio del Edil Moisés Benaín, quién fue el encargado de presentar en la Cámara Municipal, las propuestas presentadas por los vecinos de la comunidad, ya que, como residente de la zona, estaba al tanto de la problemática existente en el lugar; para que, fuesen atendidas sus necesidades básicas por parte de las autoridades del Municipio Libertador.8Cabe resaltar que, la nueva parroquia San Bernardino, surge de un desprendimiento de la Parroquia San José por el noroeste, y, por el sureste de la Parroquia Candelaria. Para Antonio Fernández Nays. “La parroquia San Bernardino9 surgirá del desprendimiento de un sector de San José y otro de Candelaria”. (Nays, 1994)La nueva parroquia San Bernardino, tendrá como límites por el norte con el municipio Vargas del estado La Guaira, al sur con la parroquia La Candelaria, al este con la parroquia El Recreo y al oeste con las parroquias San José10. Las misma, contaba con una densidad poblacional de aproximadamente, de 60 mil habitantes, para ese momento histórico. FUENTES Acuerdos Nros.: 002308 y 002309, mediante los cuales se crean las nuevas parroquias en el Municipio Libertador del Distrito Federal que se denominarán San Pedro, y San Bernardino, en Gaceta Municipal del Distrito Federal, Extra Nº 1484, Caracas, jueves 13 de octubre de 1994, pp. 2 y 3.Fundación Empresas Polar (2010). Diccionario de Historia de Venezuela, t. III, 2da. Edición. Caracas, Editorial Exlibris.Fundación Empresas Polar (2008). Geo Venezuela, Geografía de la división político-territorial del país, t. V, 2da. Edición. Caracas, Editorial Exlibris.Moreno, A. A. (1972). Caracas, su Evolución y su Régimen Legal. Madrid: Ediciones Edime.Nays, A. F. (21 de 09 de 1994). Dos nuevas parroquias en el Municipio Libertador. El Universal, págs. 2-26.Valery, Rafael. (s.f.). La Nomenclatura Caraqueña.San Bernardino Caracas. La Historia de San Bernardino. En: https://sanbernardinocaracas.com/historia.html (consultada el 25/09/2025)Fundación Arquitectura y Ciudad (2020) ¿SABÍA USTED… … que el 11 de agosto de 1942 abrió sus puertas el hotel Ávila? En: https://fundaayc.com/2020/12/06/sabia-usted-55/ (consulta: 25/09/2025)IESA. Conoce al IESA, Reseña Histórica. En: https://www.iesa.edu.ve/conoce-al-iesa/resena-historica (consultada: 25/09/2025)Universidad Metropolitana. Historia. En: https://www.unimet.edu.ve/historia/ (consultada 25/09/2025)
Semblanza Histórica de la Parroquia El Recreo
Alrededor de 1760, hay noticias sobre una modesta población llamada Sabana Grande, donde “(…) los caraqueños que preferían vivir en tranquilidad y acompañados del buen clima que asumió el nombre de Sabana Grande a partir de las características geográficas del lugar.”1 De acuerdo a Manuel Landaeta Rosales, este poblado va tener una ermita 1780 y va ser elevada a parroquia civil con el nombre de El Recreo el 22 de noviembre de 1852 por la antigua Diputación Provincial de Caracas2. Debe señalarse que, los espacios ubicados en la hoy parroquia El Recreo, fue la hacienda de la familia Ibarra. Para Lucas Urra: “En atención a la comunicación de vs. fha. ‘No tiene’ Impuesta de ella digo a vs. Que la sanja de esta habiendo para el objeto que se indica y respeto al caso ocurrido en la acienda del sr. Ybarra está en la juridiccion del valle pues esta de lado de otra parte del rio Guaire”. (1855). Ante esta situación, con la creación de la nueva parroquia El Recreo, existió un debate con relación a los límites de la misma, es por ello que, en la comunicación enviada al juzgado de 28 de mayo de 1854, se informa lo siguiente: “Sr. Presidente del Y. C. M. Este juzgado no puede ejercer su jurisdicción, á causa de la duda qué presentan los límites de la parroquia del Recreo con los de Candelaria por el naciente se ha fijado como límite de aquella la quebrada de los hornos ó Maripérez, y el sur del Recreo quiere estenderse hasta el puente de Anauco”. (Límites de la jurisdicción de la nueva parroquia el Recreo, 1854).En este sentido, la parroquia el Recreo3, era considerada foránea4, ya que, no formaba parte de la ciudad de Caracas, como lo eran las parroquias Catedral, San Pablo, Santa Rosalía, Altagracia, Candelaria y San Juan. Para Guillermo Durand. Cronista de la ciudad de Caracas. “Para entonces, la ciudad de Caracas contaba con dos nuevas parroquias, al Sur-Oeste San Juan (1834) hacia el Este El Recreo (1854), lo que quiere decir que los límites de Caracas se habían extendido en esas direcciones”. (Ciudad G. D. pag. 5). En la Ley de División Político-Territorial de la Republica de 1856, se le encuentra a la parroquia El Recreo como una de las que conforma el canton Caracas: “Artículo 12, Parágrafo 1º: El cantón Caracas se compone de las parroquias Catedral, San Pablo, Santa Rosalía, Altagracia, Candelaria, San Juan, Chacao, Valle, La Vega, Antímano y Recreo.”5 Posteriormente, durante el gobierno de Juan Crisóstomo Falcón, en 22 de febrero de 1864, fue creada la parroquia eclesiástica con el nombre de Concepción y San José del Recreo, por el presbítero José Botel Peraza. En 1881 por las inmediaciones de lo que hoy es el bulevar de Sabana Grande “es atravesada por la tercera línea del tranvía conocida como El Central, con paradas en La Campiña y Sabana Grande”6 y para 1895, se inaugura el hipódromo de Sabana Grande “(…) en un claro del llamado Bosque del Recreo entre el sitio denominado Las Delicias y la Quebrada Chacaito”7, el cual estuvo en funcionamiento hasta el año 1900. Esta parroquia, a mediados de la década de los años 1920 y la primera mitad de la siguiente, va experimental un gran desarrollo urbanístico con la construcción de varias urbanizaciones. Como es el caso, de La Florida, Los Caobos, Maripérez, Las Delicias, etc., producto de la expansión de la ciudad de Caracas hacia el este, generada por la incipiente bonanza petrolera y a las dificultades para la construcción de urbanismos hacia el oeste de la ciudad. Por su parte, el antiguo camino real de Sabana Grande, para la década de los años 1950 y 1960, entonces Avenida Abraham Lincoln, se convirtió en el principal y más prestigioso eje comercial al aire libre de la ciudad8, llegando a su punto de máximo esplendor en 1980, con la inauguración del bulevar de Sabana Grande, como parte de las obras civiles del recién inaugurado entonces Metro de Caracas. Sin embargo, desde ese año “(…) hasta nuestros días se debe registrar también un momento de quiebre. Será cuando a comienzos del siglo XXI el espacio empezó a ser paulatinamente invadido por el comercio informal contando con la anuencia de las autoridades centrales y municipales, hasta convertirse en un lugar degradado, inseguro y decadente que alejó definitivamente a los más prestigiosos y tradicionales comercios.”9 Actualmente la parroquia El Recreo es un centro urbano con una variedad de estructuras y espacios para el esparcimiento y con una reconocida actividad comercial de las más importantes de Caracas. Entre los sitios de recreación se tienen: el área como Plaza Venezuela, Plaza Andrés Bello, Parque Arístides Rojas, Paseo Colón, Bulevar de Sabana Grande, Parque Los Caobos, el Mirador de la Cota Mil, Boulevard Amador Bendayán, Patronato San José de Tarbes, Sala CANTV, Sala María Teresa Castillo, Teatro Alberto Paz y Mateos, Teatro Tilingo, estación de Maripérez del Teleférico Waraira Repano, Pequeño Teatro del Este, Casa del Artista, y varios centros comerciales, entre otras.10 Para finalizar, sus actuales limites son: Norte: con el municipio Vargas del estado La Guaira. Sur: con las parroquias El Valle, Santa Rosalía y con el municipio Baruta del estado Miranda. Oeste: limita con las parroquias La Candelaria y San Bernardino. Este: con el municipio Chacao del estado Miranda11. FUENTES Fuentes Primarias Documentación de ArchivoAHCM. ACTAS DEL CABILDO, 1837.AHCM. COLECCIÓN GESTIÓN ADMINISTRATIVA, Caja número 4. AGN. Sección: Tierras, Letra: P. Fuentes ImpresasDocumentos Oficiales:Ley de 28 de Abril de 1856, que establece la División Territorial de la Republica. En: https://igvsb.gob.ve/adminigvsb/archivos/documentacion/documento_220518061846.pdf (fecha: 23/09/2025) Acuerdos Nros.: 002308 y 002309, mediante los cuales se crean las nuevas parroquias en el Municipio Libertador del Distrito Federal que se denominarán San Pedro, y San Bernardino, en Gaceta Municipal del Distrito Federal, Extra Nº 1484, Caracas, jueves 13 de octubre de 1994, p. 3. Fuentes Secundarias Libros:DURÁN, Guillermo. (2007). Fragmento del Pasado Caraqueño. Caracas: Alcaldia de Caracas.González, J. C. (s.f.). Huellas de la Inmigración en Venezuela. Entre la historia general y
Semblanza de la Parroquia El Paraíso
La parroquia El Paraíso, surge primeramente como urbanización en 1895, bajo la jurisdicción administrativa de las parroquias La Vega y San Juan. Los terrenos donde se desarrolla pertenecían a la antigua hacienda Paraíso, propiedad de la familia Echezuría, constituida por el señor Juan Vicente Echezuría, quien logró fusionar varios lotes de terrenos a partir de 18301. Para 1881, la crisis económica que enfrentaban los productores de caña de azúcar, principal rubro de la hacienda, conlleva a su venta por parte de las heredaras del señor Echezuría, sus hijas: Francisca, Isabel, Agueda y Encarnación; quienes venden la propiedad a su hermano político, el señor Carlos F. Díaz, el 19 de noviembre de ese año. Desde entonces, la propiedad de más de treinta y nueve (39) hectáreas, va ser vendida en dos oportunidades. Primero en 1888, al señor José María Reyes y en 1890, a la empresa Tranvía de Caracas, bajo la dirección de Félix Rivas. En ambos casos las razones de venta están asociadas “(…) a los elevados costos que implicaba el mantenimiento tanto de las instalaciones de la hacienda como área de cultivo.”2 La compañía de tranvías tenía otros planes para la hacienda. Su propósito era convertirla en una urbanización a través de la cual se estableciera una línea de tranvías que uniera el centro de Caracas con el pueblo de Antímano, zona de recreación y esparcimiento de la clase dirigente caraqueña, a la cual sólo se le podía acceder por ferrocarril o en cabalgadura. Los trabajos iniciaron el 24 de agosto de 1891, dándole el nombre de Ciudad Nueva, la cual contaría con los servicios de luz eléctrica, agua, cloacas y áreas recreativas, toda una innovación para la época. Debido a los conflictos políticos, expresados en revueltas militares, solo se va inaugurar en septiembre de ese año la avenida principal (hoy la avenida José Antonio Páez), que iniciaba en el puente El Paraíso3, y que remataba en la casa de la hacienda. El estallido de la Revolución Legalista de Joaquín Crespo en 1892 paralizaría las obras por cuatro años. El 28 de julio de 1895, se toma como fecha de inauguración de la urbanización. Ese año, el presidente Crespo dispone de continuar las obras con el propósito de dotar a Caracas de un paseo público para coches, entre el puente del Paraíso al oeste y la estación del ferrocarril de El Valle. Ese mismo año se concluye e inaugura el edificio destinando a colegio, donde se instala la Exposición Industrial y Agrícola de Venezuela, construido según proyecto de Juan Hurtado Manrique, obra ecléctica de corte neoclásico, entregada en 1902 a las Hermanas de San José de Torbes para la puesta en marcha de su modelo educativo1. El proceso de urbanización, consistió en la venta de lotes de terreno a las familias pudientes de la sociedad caraqueña, así como a comerciantes, entre los que destacan: los Boulton, Mendoza, Zuloaga, Ceballos, Fernández, Fonseca, Arismendi, Salas, Sanabria, entre otros; como los residentes pioneros de la primera urbanización construida en la ciudad de Caracas, a finales del siglo XIX. Para Beatriz Abache Vera: “Se entra al siglo XX con una hermosa zona que después de haber sido decretada urbanizable llegó a desplazar a El Calvario, Antimano y Los Chorros como paseo favorito de los caraqueños”. (Vera, 1995, pag. 12). Posteriormente, debido al terremoto de 1900 y luego con la decisión del presidente Cipriano Castro de mudarse a la mansión de Villa Zoila en 1903, contribuyó significativamente a impulsar la urbanización de la zona. Para 1905, el Gobierno Nacional ordena la ejecución escultural de la India, la Muñeca o Monumento a Carabobo y en ese año, el 23 de mayo, se erige la estatua de José Antonio Páez, en la antigua plaza República. Para 1908 se inaugura el Hipódromo del Paraíso, que estuvo en funcionamiento hasta 1956. En 1911, se crea el parque 19 de Abril en honor al centenario de la Independencia, hoy plaza Madariaga. Diez años después se inaugura la escultura de George Washington y para 1924 se construye el Club Paraíso. En 1931, abre sus puertas el edificio de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales y para 1936 le toca al turno al Estadio Nacional. Un año después, se concreta la construcción del Liceo Caracas, hoy la sede del Pedagógico de Caracas y para 1945 se inaugura el Zoológico de El Pinar y las Quintas Aéreas en 19582. Todas estas obras consolidan a la urbanización El Paraíso como zona exclusiva del asentamiento de la clase dirigente nacional3 y de sectores medios. Estos últimos surgidos por el proceso de transformaciones económico-sociales iniciados a partir de 1945. Para 1950, la modificación en las ordenanzas de zonificación produjo que la urbanización se construyera torres de altas dimensiones (diez o más pisos) y hacia comienzos de la década de 1980, las zonas montañosas de El Paraíso se inician el poblamiento anárquico y espontáneo, particularmente de la zona de El Pinar, en los alrededores de la avenida Guzmán Blanco (Cota 905), que han generado un daño ecológico creciente del sector4. Para 1995, a petición del concejal Héctor Urgalles, en el marco del surgimiento de las juntas parroquiales (entes de gobierno local surgidas en la década de 1990), en representación de los vecinos las urbanizaciones El Paraíso, Los Laureles, La Montaña, El Pinar, Las Fuentes, Loira, La Paz, Washington, Vista Alegre, Colina de Vista Alegra, Bella Vista, La Quebradita, Arvelo y de los barrios: Moscú, La Quebradita, La Morán, Fe y Alegría, La Coromoto, El Naranjal y Brisas del Paraíso1, solicitan la creación de la parroquia El Paraíso, con el propósito de las referidas comunidades puedan tener “mayores facilidades para el mejor ejercicio de la autoridad civil y un mayor acercamiento entre los ciudadanos y sus representantes en los organismos de decisión local.”2 El Paraíso, nace como parroquia civil, según acuerdo 000044-A y resolución 2355 aparecidos en Gaceta extra número 1495-C-3 del 4 de enero de 1995, el Consejo Municipal del Distrito Federal en su sesión ordinaria del 29 de diciembre de 1994, que las parroquias
CARACAS: CIUDAD PRECARIA
Un escrito y una imagen de la primera ciudad Antonio José González Antías Lic. en Historia – Paleógrafo Caracas Primigenia . Desde tiempo inmemorial poblaban esta tierra y sus cercanías, que luego dio paso al establecimiento de la ciudad, parcialidades indígenas diversas como toromaymas, quiriquires, mariches y caracas, que plantaron cara al invasor español. Esta última parcialidad -caracas- señalada por viajeros, historiadores y otros estudiosos como localizada al otro lado de la sierra, es decir, el frente que da al mar caribe, fue la que dio nombre a la ciudad que se establecería del lado acá, es decir, el frente que da hacia el rio Guaire. De modo que mucho antes que llegara Diego de Losada con su hueste “pacificadora”, que de ello no tenía nada, ya existían en este valle y su contorno un grueso número de habitantes originarios, cuya vida, costumbres y creencias fueron trastocadas por el arma del conquistador español depredador. La Relación del Gobernador Juan de Pimentel de 1578 . El ejercicio del poder español en tierras americanas, tuvo como principal motivación el hecho económico, particularmente el representado por la extracción de oro, plata, perlas y otras riquezas del suelo. Se justificó esa política depredadora y genocida, en su contemporaneidad y para el tiempo futuro, a través de una empresa evangelizadora que buscaba rescatar al natural de estas tierras, de la barbarie y el atraso, según esa mentalidad española. El Rey Felipe II, a mediados del siglo XVI, dispuso a través de un cuestionario de 49 preguntas, que las autoridades de Caracas, El Tocuyo, Barquisimeto, Maracaibo y Trujillo, le diesen cuenta de las riquezas existentes, calidad del clima, recursos acuíferos, población indígena, fauna, plantas comestibles, árboles para procesar madera y otros aspectos que, como se ve, era la exigencia para conocer con mayor propiedad la explotación económica en ciernes. En el caso de Caracas, la Relación del Gobernador Pimentel de 1578 respondió a esas interrogantes. Apenas habían transcurrido 11 años desde la fecha de su fundación, y Caracas era una ciudad precaria prácticamente en todos sus términos: el informe de Pimentel señalaba (capítulo 5) que la población indígena que en algún momento había llegado a 6.000 indios, se había reducido drásticamente, motivado a enfermedades como el sarampión y la viruela “y a la entrada de españoles a su pacificación”… De la descripción de los indígenas puntualizaba de manera constante (capítulo 14) que éstos…”sólo tienen su creencia en el demonio”… para de esta manera sostener las pretensiones de dominio, tomando el hecho evangelizador como bandera. Respecto al lugar donde estaba establecida la ciudad (capítulo 17)…” se tiene por más insalubre que sano”… en razón de los vientos contrarios que corrían. La construcción era endeble (capítulo 31) …” el edificio de las casas de esta ciudad ha sido y es de madera, palos hincados cubiertas de paja”… siendo además los lugares por donde había de transitar de (capitulo 32) …” de tierra muy doblada y trabajosa de andar”… El plano de Caracas de 1578. La Relación de Pimentel iba acompañada de un plano de la ciudad, del cual puede verse hoy una copia de gran tamaño en uno de los pasillos del Palacio Municipal. Se puede considerar este plano, hasta donde sabemos, como la primera imagen en su tipo de la ciudad de Caracas. Pese a tratarse de una imagen ideal, sin pretensiones cartográficas de precisión, nos presenta un cuadrilátero de 24 manzanas, que si lo ubicamos en la actualidad tendremos por límites, aunque no exactos, con las esquinas de La Gorda, Cuartel Viejo, Abanico y Doctor Díaz. Según se lee en el plano…”el solar de cada casa tiene septenta varas en cuadro”… lo cual equivale, en medidas actuales a 54 metros por lado. Otro dato: Las calles tenían una anchura de 32 pies, más o menos 15 metros actuales. Esta forma de damero a la usanza europea, fue la que se le dio a esta planta inicial de Caracas, la cual ha permanecido, con variaciones claro está, a lo largo del tiempo. Estaba limitada para entonces por las quebradas de Caruata (Oeste) y Catuche (Este) teniendo al Guarairarepano como límite Norte y el río Guaire por el Sur. No existía para entonces ninguna referencia a los nombres de las calles y de las esquinas, lo que después iba a proliferar en los planos posteriores, a veces con cambios y con nombres que hacían referencias a personajes, instituciones o hechos notables. Del plano de 1578 sólo se aprecia el nombre del convento de San Francisco, que dará nombre a la esquina allí existente, convirtiéndose en el nombre de la primera esquina de Caracas. El terreno de este convento no está cuadriculado, según se ve en el plano, lo cual expresa que era del tamaño de una manzana entera, teniendo por límites lo que hoy son las esquinas de San Francisco, La Bolsa, Mercaderes y Pajaritos. No ofrece el plano ninguna referencia a caminos, pero si indica algunos topónimos como: Quebrada de Caurimare, Puerto de La Guaira, Cabo Blanco, Río Mamo, Isla de La Orchila, Los Roques, Isla de La Tortuga, como referencia para una localización de la ciudad de Caracas. Esa construcción inicial tuvo sus dificultades, pero ello no fue obstáculo para que los caraqueños de entonces pudieran sortearlas. De hecho la precariedad continuaría, en un ambiente donde la resistencia indígena se anteponía con bravura a las pretensiones del invasor, la persistencia de plagas como la langosta destruía los sembradíos y las epidemias completarían el cuadro de desastres. En 1595, el pirata Amyas Preston saqueó e incendió a Caracas, dejándola en ruina total; y en adelante los vecinos de Caracas harían su mejor esfuerzo para levantarla nuevamente. Siglos después, esa estirpe caraqueña, y por extensión venezolana, se manifestó en muchas jornadas por la preservación de su soberanía e independencia, tal como ocurrió en febrero de 1989, o un poco después cuando el pueblo enfrentó a los apátridas y golpistas que pretendieron desalojar a Hugo Chávez de la Presidencia de la República.
LAS CALLES DE CARACAS
Antonio González Antías Licenciado en Historia-Paleógrafo Desde el plano del Gobernador Juan de Pimentel de 1578, la ciudad creció siguiendo la orientación rectangular, en derechura, de sus calles. Tanto en dirección Norte-Sur como en sentido Este –Oeste, Caracas se ampliaba obedeciendo este formato, excepto los casos que por impedimentos naturales o de otra índole ello no fuese posible, como por ejemplo la calle que corre entre las esquinas de Mijares y Las Mercedes, donde es posible apreciar que la iglesia como que estuviese atravesada en el camino, obstaculizando la derechura antes mencionada. Por supuesto que esta circunstancia urbana y arquitectónica no iba a perdurar por siempre, ya que el crecimiento de la urbe rompería con este molde, dada la construcción de edificaciones y nuevas calles y particularmente avenidas. Sin embargo, se puede admitir que el centro histórico de Caracas ha mantenido esta forma pese a las reformas surgidas por la construcción de nuevas vías y calzadas. Así hoy día, desde una perspectiva aérea es posible corroborar esto observando el espacio existente entre las esquinas de La Pedrera en línea recta hasta La Misericordia (Avenida Universidad) desde aquí –en sentido Sur-Norte- hasta la esquina de Candilito y luego rectamente orientados al Oeste (Avenida Urdaneta) hasta la esquina de Llaguno para bajar al Sur (Avenida Baralt) y reencontrarse con La Pedrera. Al reducir más este espacio así delineado, podemos señalar lo que hoy es el Centro Histórico de Caracas, ya no solamente por las calles y esquinas que lo conforman ( Traposos, San Jacinto, Madrices, Ibarras, Veroes, Santa Capilla, Carmelitas, Padre Sierra, La Bolsa, San Francisco y Traposos) sino además por las edificaciones existentes en ese cuadrado, de apreciable valor histórico y arquitectónico: Catedral de Caracas, Capitolio Federal, Casa Amarilla, Cine Principal, Plaza Bolívar, Iglesia San Francisco, edificio La Francia, Palacio de las Academias, Casa Natal de Simón Bolívar, Casa del Vínculo, Palacio Arzobispal, Iglesia de Santa Capilla, Hotel León de Oro, Paseo Linares, Hotel El Conde, Cine Continental, Casa del Correo en Carmelitas, Escuela de Primeras Letras, Casa José Martí. Calles con historia y tradición. Bastante se ha escrito sobre las esquinas de Caracas,1 pero muy poco de sus calles. Y si bien tenemos que muchos nombres de esquinas hunden sus raíces en un lejano pasado histórico, y aún mantienen su nomenclatura, no ha sido así respecto a las calles que aun cuando en ese mismo tiempo tuvieron nombre, con el correr de los años los perdieron, A veces se nombraban las calles indicando las dos esquinas de su recorrido, de Traposos a Chorro, por ejemplo, o por la existencia de un elemento natural que le era cercano: “la calle que va a Caroata” o “la calle que baja hasta la iglesia de San Pablo”. En algún momento las calles tuvieron nombres. Veamos: En 1765, bajo el obispado de Diego Antonio Diez Madroñero, las 30 calles caraqueñas de entonces tenían su denominación, que recogían aspectos de la vida de Jesucristo. Algunas de ellas fueron, de Norte a Sur: Encarnación del Hijo de Dios, Nacimiento del Niño Dios, de la Circuncisión y la del Dulce nombre de Jesús. De Oeste a Este: Jesús Nazareno, Cristo Crucificado, Agonía y la del Perdón. Era rígido este Obispo, al extremo que llegó a prohibir la celebración del carnaval en la ciudad, por considerarlo pecaminoso. El Juncal, La Fertilidad, La Unión, La Primavera, La Agricultura y Los Dolores fueron algunos de los nombres que tuvieron las calles en 1836. Diez años después, la nomenclatura era casi la misma y a las 16 calles que corrían de Norte a Sur y las 17 de Oeste a Este, le fueron agregados otros nombres: Leyes Patrias (Monjas, Principal, Santa Capilla, etc.) De Lindo (todo el recorrido de lo que es hoy la Av. Baralt) Ciencias (Muñoz, Padre Sierra, Gradillas, San Jacinto, etc.) Comercio (El Conde, Padre Sierra, La Bolsa, Mercaderes, La Palma) Margarita (recorrido actual de la Av. Urdaneta) Para 1875, la nomenclatura registra algunos nombres históricos, como Calle Carabobo, Calle Campo Elías y Calle Ricaurte, a los que se agregaron los callejones como el de El Silencio, Penichez, Cruz de La Vega y el de La Trinidad. Ya en el siglo XX, los planos recogen unos nombres no tan pintorescos, pues las vías se denominarán calles y avenidas, a secas, con la distinción de una orientación cardinal acompañada de un número: Avenida Este, que iniciaba en la esquina de La Torre y culminaba en Quebrada Honda o la Avenida Norte que arrancaba también de la esquina de La Torre y terminaba en Monte Carmelo, esquina aledaña al Hospital Vargas. La calle Oeste 6 y su recorrido: Camejo, Pajaritos, Mercaderes, La Gorda, Aserradero y El Silencio. Aun perdura esta nomenclatura, y usted podrá ver una que otra señalización en los respectivos anuncios. Para el caraqueño esta señalización es como que si no existiera, y persiste en mantener los añejos nombres, bien sea para pautar una cita de negocio o para propiciar un encuentro de amistad o de amor: …”nos vemos en la Catedral”…”te espero en la estación de Gato Negro”… o …”nos encontramos en la ceiba de San Francisco”… son expresiones cotidianas de ayer y de hoy. Otros lugares, calles y esquinas se observan hacia las barriadas caraqueñas: la urbanización de los Hijos de Dios, en recuerdo del cementerio que con ese nombre se localizaba al Norte de la ciudad, aledaño a lo que es hoy el barrio El Retiro. Más arriba, Los Mecedores como referencia a unos grandes bejucos que pendían de gruesos árboles que sombreaban la quebrada Catuche, y en los cuales se balanceaban los muchachos para darse un chapuzón en aquellas aguas. La subida de Torrero, en La Pastora, cuya inclinación exagerada pone a prueba los pulmones de los vecinos. La lista contiene nombres tan extraños como: esquina de Cola é Pato, la Vuelta de La Auyama, la Bajada de Los Perros, la subida del Manicomio, esquina de El Solitario y otras tantas que forman parte del ser caraqueño. Es algo propio y tan ligado
LA TRANSCRIPCION PALEOGRAFICA
Dificultades y Soluciones (Compendio de Textos. Siglos XVI-XVII) Antonio José González Antías CONTENIDO Introducción. Dificultades inherentes a la transcripción de manuscritos históricos. Soluciones a los problemas de transcripción. Una explicación necesaria: ¿Cómo se transcriben los documentos históricos? Laminario.
Indios Caracas, Indios Alzados
Antonio González Antías Lic. en Historia – Paleógrafo Los conquistadores españoles, empecinados en el dominio del valle caraqueño, llamaron siempre a este empeño “La Jornada de los Caracas”, en precisa alusión a las parcialidades indígenas que se habían hecho fuertes ante la arremetida de las armas invasoras. Estos ancestros indígenas, de sangre bravía, enseñoreaban todo el Guarairarepano, tanto del lado del valle caraqueño, como en la cara que se ofrece al Mar Caribe: Los Caracas, aún perdura en la toponimia nacional, como remembranza de aquellas valientes tribus, que en más de una ocasión trastocaron el ímpetu del español por ejercer dominio en todo el valle y su entorno inmediato. Caracas, voz indígena que según los estudiosos, se debe a una planta conocida como pira, que era muy común en el cerro y el resto del territorio del valle primigenio. La terquedad de la espada y el caballo, contra la fortaleza de la macana y la astucia. Esa conquista no fue fácil. Desde hacía tiempo -a mediados del siglo XVI- comenzaron los intentos españoles infructuosos por lograr la entrada al valle de los indios caracas, pero una y otra vez tropezaron con la férrea resistencia indígena. Los alumbraba la búsqueda del oro, del cual, según se decía, había en abundancia en esta región. Ciertamente, esa búsqueda fue siempre el motivo fundamental del imperio español para promover la rapiña en América. Desde México hasta Argentina siempre fue igual: las expediciones por la búsqueda del metal precioso comenzaron con Cristóbal Colón y luego continuaron por más de trescientos años. En esos intentos, no sólo se llevaron las perlas, el oro y la plata de nuestro mar y de las entrañas de nuestra tierra, sino que una vez se agotaron estos bienes, volvieron a herir la tierra para sacarle el provecho de la siembra de la caña de azúcar, el cacao y demás productos, pero eso sí, con el trabajo compulsivo de indios y negros esclavizados. Desde Coro y desde El Tocuyo -particularmente desde este último lugar- se tomaron decisiones respecto a la arremetida contra los indios caracas. Previamente, hacia 1560, Francisco Fajardo montó un hato en tierras del valle caraqueño. Habilidoso como era, sabedor de la lengua indígena y aspirante a cargos de altura, no es equivocado pensar en su postura ante el ser indígena, sí no que lo diga el ajusticiamiento que hizo del cacique Paisana, ahorcándolo, y quien sabe cuántas otras tropelías cometió este mestizo. Su poblado o hato duró poco, pues al rato fue desbaratado por los indómitos habitantes naturales de Caracas. Para el indígena existía la ventaja de ser hábil conocedor de cada cerro, de cada quebrada, de cada piedra o vericueto, de cada cueva. Su habilidad y astucia se acrecentaba en ese conocimiento, y ello fue vital para contener el ansia depredadora de los españoles. El liderazgo de Terepaima, Paramaconi, Tamanaco, Tiuna, Guacaipuro y Carapaica -entre otros valerosos- se manifestó al guiar al conjunto aguerrido de hombres que lucharon denodadamente en esos espacios. Después vendrían Juan Rodríguez Suárez y Diego de Losada, con planes e instrucciones precisas para acometer la empresa de dominio, es decir, someter a los “indios alzados”, término éste dado por los españoles a la resistencia indígena, y que en realidad señalaba la actitud de rebeldía y desobediencia a los dictados de la corona. Juan Rodríguez Suárez no alcanzó su cometido en tales tareas, pues murió en la loma de Terepaima luego de un cruento y extenso combate. Nuevamente se impuso la macana contra el caballo y la espada. Tocaría el turno a Diego de Losada, de dilatada trayectoria en estas lides, militar de experiencia, e igualmente ambicioso en sus pretensiones auríferas. La jornada con Diego de Losada tendría su inicio en El Tocuyo, bajo las órdenes que le daría el Gobernador Pedro Ponce de León. Los intentos anteriores hechos por los gobernadores Pablo Collado y Alonso Bernáldez habían sucumbido, y las instrucciones dadas a los diversos capitanes de conquista se habían estrellado contra el muro indígena. En esta ocasión, los españoles aspiraban que con Losada lograrían su cometido, y a ese efecto prepararon una excursión “pacificadora” hacia el valle de los caracas. Bien armados venían en son de “pacificación”, en un conjunto compuesto de cerca de mil hombres, incluidos los 136 que lograron entrar primero a Caracas con Losada (Sebastián Díaz de Alfaro, Alonso Ortíz, Diego de Henares, Francisco Infante, Sancho del Villar, Antonio Rodríguez, Pedro Mateos, entre otros) además de buena cantidad de indios de servicio. No faltaban los caballos, arcabuces y rodelas, así como carneros, cochinos y otros avituallamientos necesarios para la jornada. Mucho tiempo después, en pleno siglo XXI, otro imperio -el estadounidense- pretende otra invasión, humanitaria la llaman, que busca -según dicen- restablecer la “democracia” en Venezuela. Como es lógico pensar, vienen también bien armados: aquí los esperaremos los “indios alzados” de este tiempo. Algunos contratiempos enfrentó Losada en su atrevida marcha, y aun cuando tuvo la perspicacia necesaria para tratar de no toparse con los indígenas, éstos conocían de su derrotero pues al sonido de los fotutos y con otras señales, ponían en alerta sobre este paso al conglomerado de tribus que se localizaban en aquel tránsito. No era para menos, ya los habitantes primigenios de estos valles conocían de las pretensiones de estos soldados, conocían de sus armas y de sus caballos, pero también sabían de la saña y crueldad que empleaban cuando ellos –mujeres, ancianos y niños incluidos- eran capturados. Que quedó de todo aquello… El episodio histórico antes resumido, forma parte del más amplio proceso de rapiña, desolación y muerte operado a lo extenso de América toda por el imperio español, en trescientos años de existencia. Para este logro depredador, era necesario el sojuzgamiento ideológico y material de las comunidades autóctonas; convenía ablandar las conciencias con la prédica religiosa hacia quienes tenían su creencia ancestral. Además, era la excusa para el saqueo y el robo, a través de un circuito mercantilista donde el metal precioso y el tráfico de esclavos fueron puntales económicos. Previo a
EL VIEJO HIPISMO EN CARACAS
(El hipismo de antaño y sus inicios) Antonio José González Antías Licenciado en Historia-Paleógrafo El caballo, principal actor. El caballo ha sido siempre protagonista de primer orden en la historia del hombre. Sirvió el caballo en las guerras, también como medio de carga y como transporte, y para deleite de la gente fue y es actor número uno en los hipódromos del mundo. De modo que la humanidad ha corrido pareja en los cascos de los equinos, y se ha ganado un sitial en el sentimiento del hombre. Tanto así, que el emperador Calígula llegó a nombrar a su caballo Incitatus, como cónsul de Roma. También se debe resaltar el aprecio que tuvo El Libertador hacia su caballo Palomo, quien le acompañó en sus batallas liberadoras, y que vemos expuesto, con toda su grandeza en amplia iconografía. Los momentos iniciales del hipismo en Caracas. En la actualidad, el hipismo caraqueño experimenta una recuperación de primer orden. Esta diversión se ve impulsada hacia mejores logros, y las instalaciones del hipódromo La Rinconada en su recuperación física, y el propio espectáculo de las carreras, han recibido el decidido apoyo de las autoridades. El público ha vuelto a las tribunas, para disfrutar de un entretenimiento de expresión nacional, sin ninguna duda. Hasta 1959, cuando fue inaugurado el Hipódromo de La Rinconada, Caracas vivió por más de seis décadas el llamado hipismo romántico, iniciado en el Hipódromo de Sabana Grande, en el espacio que hoy ocupa Las Delicias, en 1896. Fueron tiempos difíciles, de mucha inestabilidad a lo interno donde la inestabilidad política fue obstáculo insalvable para la obtención de la paz interna, ligado a una dictadura gomecista de veintisiete años (1908-1935) pero ello no fue dificultad para el disfrute del llamado Deporte Rey. En esos terrenos de Las Delicias, en Sabana Grande, se corrió la primera carrera el 1° de marzo de 18961 ganada por el caballo Contest con la monta de un jinete del cual sólo se conoce su apellido: Washburn, se corrió en 1.000 metros, con premio al vencedor de Bs. 1.200. En esa mismo jornada inaugural corrió ¡dos veces! la yegua Calixta, que llegó a convertirse en ídolo de los aficionados, y de tal manera, que hasta un poema le ofrendaron. Luego de Sabana Grande, fue su sucesor el Hipódromo de El Paraíso, inaugurado el 9 de febrero de 1908, levantado después de incesantes diligencias llevadas a efecto por el Jockey Club de Venezuela. Se localizaba en los terrenos que hoy ocupan el Parque Naciones Unidas, el Liceo Edoardo Crema y el Colegio de Abogados de Caracas, y de ello quedan hoy como testimonio de su antigua arquitectura la llamada entrada al Pabellón del Hipódromo y unas taquillas cercanas, que todavía recuerdan aquel hipismo (están en el frente del Liceo Edoardo Crema, con vista a la entrada del antiguo Instituto Pedagógico de Caracas). En más de una ocasión, se vio entrar por esa puerta al General Juan Vicente Gómez, que junto a su familia fueron fervientes aficionados hípicos, dueños de una buena caballada, que tuvieron presentación en aquellas tardes de carreras en El Paraíso. Fue traslada desde Sabana Grande la tribuna de metal y madera para su utilización en El Paraíso. La pista tenía 1.200 metros de largo y ocho de ancho, según lo estipulado en el contrato entre el Concejo Municipal y los impulsores del espectáculo. La prensa de la época reseñó aquel evento2 y señaló la asistencia de …”una concurrencia numerosa y brillante, y mucho entusiasmo […] Esta culta diversión tiene entre nosotros muchos aficionados”… Así lo sería por siempre, y en la medida del transcurrir del tiempo las carreras de caballos constituirán para los venezolanos una diversión ineludible de fines de semanas ¿quién no llegó a sellar su cuadrito del 5 y 6, buscando en las patas de los caballos algún dinero para resolver problemas y mitigar las penas? Algunos datos. El primer caballo en ganar en el Hipódromo de El Paraíso fue Ursus, un tordillo propiedad de Eduardo Montauban, dueño que a su vez formaba parte de una familia emprendedora que tuvieron la emblemática Panadería de Las gradillas, en la caraquenísima esquina de ese nombre; y el último que fue vencedor en esa misma pista fue el ejemplar Lido, en el cierre definitivo del Hipódromo El Paraíso el 28 de junio de 1959. Otra curiosidad: Borinquen fue un caballo de amplio record, al extremo que llegó a ganar 32 carreras ¡de manera consecutiva! fue su jockey habitual Harry Cadenas. También destacaron en esa arena los caballos Caimán y Petare, que con sus triunfos hicieron vibrar el corazón de los hípicos de entonces. Entre los jinetes más reconocidos están los nombres de Manuel Camacaro (que ganó el último clásico Simón Bolívar corrido en El Paraíso) Rogelio Cortéz, León Padilla, Rafael Méndez, Héctor Revello, Juan Araya, Laffit Pincay, Cecilio García, Félix Sabino Pérez, Guillermo Zapata y Gustavo Avila, apodado éste último como “El Monstruo” por la forma como conducía y ganaba sobre los lomos de los equinos. De los entrenadores, cabe recordar a Carlos Quezada Barrera y a Santiago Ledwith, quienes junto a otros colegas suyos tuvieron en sus manos la preparación de los nobles equinos. La historia hípica continuaría, y en la arena de La Rinconada, hasta hoy, se iban a llevar adelante jornadas memorables donde ejemplares como Klick, Prenupcial, Chateubriand, Rompemar, Victoriado, Indra, junto a yeguas como Lavandera, Stillwatwer y Bambera, conducidos por jinetes de la talla de Juan Eduardo Cruz, Balsamino Moreira, Milton Barra, Gustavo Avila, Juan Vicente Tovar, Douglas Valiente, Emisael Jaramillo, Angel Parra y un buen número de hábiles conductores de purasangres; a los que hay que agregar en justicia a entrenadores como Domingo Noguera Mora, Millard Ziadie, Juan Arias, Daniel Pérez, César Cachazo y otros tantos, que han hecho del hipismo una pasión del caraqueño, y del venezolano por extensión. 1 Antonio González Antías y Guillermo Durand, Caracas en 25 escenas, 2002, pp. 83-93 2 El Cojo Ilustrado, N° 388, 15 de febrero de 1908.
EL BARRIO VIVE, LA PATRIA SIGUE…
Antonio José González Antías Lic. En Historia – Paleógrafo Venezuela vive un tiempo histórico estelar. Nada pretensiosas ni altisonantes son estas palabras, pues en otras etapas de su vida el país ha sido, igualmente, una referencia de interés en el concierto mundial: basta con poner como ejemplo la participación de nuestra patria en las jornadas libertadoras de las tres primeras décadas del siglo XIX, cuando las armas nacionales recorrieron largos kilómetros para el alcance de la independencia de buena parte de suramerica, con Bolívar, Sucre y Urdaneta a la cabeza pero también con un pueblo acompañante, dispuesto a todo por el alcance de la libertad. Trayectoria que testimonia un hacer de siempre, donde las expresiones de la solidaridad, la fraternidad y la unidad no son términos huecos, endebles, sino palabras con contenido amplio y profundo en la tarea de buscar el bienestar del pueblo, del pueblo todo. El gran ductor de la revolución bolivariana, Hugo Chávez, así lo comprendió y fue determinante en esa búsqueda, agotando todos sus esfuerzos en ese propósito. El barrio nuestro de cada día Como él mismo lo expresó en más de una oportunidad: ¡hay que llegar a las catacumbas del pueblo! Y efectivamente así ha sido, aun cuando queda mucho camino por recorrer en este hacer sin pausa. Las palabras del Comandante no cayeron en saco roto, y en cada rincón, cada barrio y cada urbanización cobra fuerza el rol participativo y protagónico de las comunidades, de los diversos colectivos que hacen vida en ellas. Desde Lídice o Chapellín, en Caracas, Barrio a Juro en Higuerote o hasta Los Tronconales en Barcelona, la realidad pujante de los barrios es contundente. Es, ciertamente, la vida de todos los días con su carga de problemas a lo extenso de nuestras calles, ahora con mayor fuerza ante la arremetida de sanciones imperiales que debemos soportar, pero que enfrentamos con la más profunda conciencia y decisión: esta posición -precisamente- es la que el imperialismo y sus tarifados acá en Venezuela no han sabido o no han querido comprender. Y es que a esta guerra multimodal a la cual nos tienen sometidos, en la cual han probado mil y una formas de quebrantar la conciencia del pueblo, la hemos sabido enfrentar victoriosos siempre con nuestra reserva moral por delante, con un Presidente como Nicolás Maduro que ha sabido interpretar la hora del pueblo, la tarea de las comunidades, en función de cimentar con mayor fuerza las bases revolucionarias en lo económico, lo político y lo educativo, principalmente esto último, pues sin educación estamos sujetos a caer fácilmente en las garras del dominio del imperio y sus transnacionales, con las corporaciones mediáticas haciendo su trabajo de manejadores del mensaje antirevolucionario. Pero en cada pueblo, barrio y urbanización están ojo avizor las comunidades vigilantes y, como dijimos, la revolución no sólo se defiende con el enfrentamiento directo, frontal, contra el enemigo, sino con el trabajo productivo, la educación y el desarrollo todo del ser cultural en todos los ambientes y momentos. No basta con atender la carencia distribuyendo la caja CLAP, hay que buscar también al anciano que requiere de medicinas, a la mujer embarazada o al joven desprotegido. Hay que profundizar en las reuniones colectivas, en las lecturas, en los cine-foro y en el deporte. Es imprescindible la discusión constructiva, ideológica, que nos permita comprender con mayor amplitud el proceso que vivimos. Solidarios siempre Si usted va un fin de semana a cualquier barrio caraqueño, se dará cuenta de dos cosas: primero, que todos son iguales y, segundo, que todos son activos, dinámicos, en su afán de colaborar -dependiendo de sus necesidades- en la solución de los problemas de salud, educación, vivienda y seguridad. Y es aquí donde se manifiesta contundentemente el protagonismo y la participación. Es el barrio haciendo, resolviendo, buscando soluciones, pero al mismo tiempo exigiendo la presencia de las autoridades de todo nivel. Se trata de la concreción efectiva, en los hechos, de las comunidades ejerciendo el poder, pero no el poder jerárquico, de mando, sino el poder hacer, llevar a la realización los postulados socialistas. El país ha estado sometido a una arremetida implacable de los factores atados a las ansias capitalistas, y no han tenido compasión alguna cuando diseñan sus planes de ataques a Venezuela; ya en lo diplomático, en lo político, en lo económico y hasta en lo bélico. De ello hemos tenido amplia experiencia en los años recientes, pero con paciencia y conciencia los hemos doblegado. Contra las bases militares estadounidenses en territorio colombiano, oponemos las innumerables bases de paz en nuestra amada Venezuela. Y así seguiremos, pues nuestras comunidades incrementarán cada vez más su deseo por que esa paz permanezca, pero no en una actitud contemplativa, sino a través del trabajo, de la educación y del desarrollo cultural en todos sus aspectos. El trabajo colectivo construyendo una acera, levantando una casa o erigiendo una cerca, no es solamente un hecho material, sino constituye también la excusa para manifestar la solidaridad y el acuerdo entre todos, para alimentar nuestros propósitos de ser y hacer patria, para expresar nuestro amor por nuestros padres, hijos, cónyuges y vecinos. Igualmente es excusa para prender la rumba de fin de semana, oír nuestra música y deleitarnos con una olla de hervido colectivo. Estas cosas no la entienden algunos, pero si alguna vez dimos muestra de ello fue cuando el ataque eléctrico que propició un apagón nacional, y en cada rincón de Venezuela flotó una palabra con mucho contenido: SOLIDARIDAD. Así que mientras el barrio viva, exista y tenga el fuelle suficiente para aguantar cualquier embestida, venga de donde venga, la patria seguirá su rumbo hacia la búsqueda de la felicidad manifestada en el logro de la hechura material del pueblo, mejor salud y educación para la mayoría. Hacia allá vamos…