Un arancel municipal del año 1660) Antonio José González Antías Licenciado en Historia – Paleógrafo El necesario consumo de alimentos. Desde tiempo inmemorial, la alimentación del hombre es consustancial con su propia sobrevivencia. Esto, que pareciera muy obvio, no lo es tanto cuando se aprecia como a lo largo de la historia, la desigualdad social también se ha manifestado, con mucho énfasis, en la consecución y consumo de los alimentos, de lo cual se deduce que no todos tenemos las mismas oportunidades, y lo más demostrativo de ello, ayer y hoy, es el padecimiento de hambrunas por conglomerados humanos. Este padecimiento producido por las guerras casi siempre, es también generado por la aplicación de medidas económicas groseras, inhumanas, dispuestas por grandes grupos de poder, que han hecho sufrir a buena parte de la población mundial. Precios, pesas y medidas: todo bajo control. ¿Comía el caraqueño de hace trescientos o cuatrocientos años lo mismo que hoy? Ciertamente no, aunque algunos productos como el pan de trigo, la arepa, plátanos, casabe, caraotas, frijoles, hortalizas diversas y carne de res, entre otros, de amplio consumo en ese ayer, aún permanecen en la mesa. Con probabilidad, se puede afirmar que la preparación y tipos de platos fueron cambiando con el tiempo y, por ejemplo, ya la dulcería criolla casi que no se ve, y los gofios, templones, majaretes, besitos de coco, melcochas y otros deleites hay que buscarlos con lupa. Los cambios en los hábitos de consumo se asocian a la imposición o adopción cultural, culinaria en todo caso, que opera como producto de lo aportado por el indígena, por el español y por el africano en nuestro decurso histórico. Igualmente opera, como ha de suponerse, una ingesta alimentaria regida por lo representativo del nivel social: el mantuano tomaba su chocolate en cocos engastados en plata, en tanto el menesteroso lo hacía en una totuma ¿Era el mismo chocolate, con el mismo sabor? De una lista de cincuenta y un productos que localizamos en las Actas de Cabildo1, dispuestos en el arancel aprobado por el Concejo Municipal el 12 de enero de 1660, mencionaremos algunos que refieren el consumo alimenticio de aquella época, y aún después: en cuanto a vinos, se anotaban los de España (un cuartillo por dos reales y medio)2de Canarias (un cuartillo por dos reales) aguardiente (un cuartillo seis reales) miel de abejas (un cuartillo en cuatro reales) pan de trigo (una libra por un real) casabe (tres libras por un real) pan de maíz (cuatro libras un real) tocino fresco (libra y media por un real) morcillas ( libra y media por un real) costillas y espinazo de cochino (dos libras por un real) plátanos (treinta por un real). Se anotaban además: azúcar blanca, azúcar prieta, frijoles, arroz, maíz, queso seco, queso fresco, leche, cacao, bizcochuelos, membrillos, ajos, repollos, carbón, velas de sebo, madera, carbón, tabaco y hortalizas. Muchos de estos productos eran expendidos en los puestos existentes a lo interno de la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar) como también se podían conseguir en las pulperías, o por vía de la venta que hacían los regatones (buhoneros) que en muchas ocasiones fueron perseguidos por las autoridades, al vender sus productos de manera irregular, ya que no contaban con licencia para ello …”ninguna persona negra, mulata, mestiza o de otro cualquier estado, calidad o condición que sea, venda cosa alguna si no fuere en la plaza pública de esta ciudad”… La carne, uno de los principales rubros de la dieta, provenía en buena cantidad de hatos cercanos a Caracas, así como de los llanos un tanto más lejanos. La autoridad municipal remataba este oficio, y en general se daban licencias a los ganaderos para beneficiar carne los días martes y los sábados, ganado que entraba a Caracas en horas adecuadas a objeto de no fastidiar el tránsito de los caraqueños, y luego trasladado a las carnicerías localizadas en la quebrada de Caroata para el beneficio de reses, y con posterioridad llevados a los bancos de carne de la Plaza Mayor. Este expendio -según las Actas de Cabildo- comprendía también el suministro del producto al puerto de La Guaira. Se hacía el despostaje en Caroata, pues las aguas de la quebrada se llevaban los restos no consumibles del ganado, así como la sangre generada por la matanza. De resto, quedaban el cuero, producto de subida importancia para el sostenimiento de la economía y el sebo para ser utilizado como combustible o como remedio casero. Como se aprecia, se daba todo un engranaje comercial que sin duda favoreció a muchos. Al igual que hoy, las carnes se vendían por categorías según su calidad, y se expendía desde el lomito hasta las entrañas y los huesos, sin dejar de mencionar la carne seca o tasajo. Un hábito de consumo de larga data. Aun y con todo el torrente contracultura que se ha pretendido aplicar siempre a la realidad venezolana, lo cierto es que hemos sabido resistir en muchos aspectos; y permanecen con arraigo en nuestro yantar diario platos como el mondongo, la arepa, el pabellón criollo, el hervido de gallina o de res, las caraotas con arroz, la chicharronada, los plátanos horneados con queso, y otras tantas expresiones culinarias propias del venezolano. Es una forma de mantener lo que somos, y sin ánimos de expresar un chovinismo a ultranza, bien hemos sabido enfrentar al perro caliente y a la hamburguesa, la Coca-Cola y toda la gama de papitas fritas, helados y dulces expuestos con persistencia comercial por las grandes cadenas de comida rápida. 1 Archivo Histórico Municipal de Caracas, Actas del Cabildo , 1660-1663, folios 332 y siguientes. 2 Existía como moneda corriente el peso de plata, que valía ocho reales.
CARACAS Y SU OCUPACION TERRITORIAL
La apetencia por obtener un pedazo de tierra en el valle caraqueño siempre estuvo presente. La ocupación de este suelo, visto históricamente, ha empujado la anarquía urbanística y fallas en los servicios. EL gobierno actual busca resolver la crisis de la ocupación del espacio y de la obtención de vivienda. Antonio José González Antías. Licenciado en Historia – Paleógrafo El esplendoroso valle de los toromaymas. Quien observe hoy el valle de Caracas, tendrá la visión de un espacio apretujado, con soluciones habitacionales y comerciales, que con el correr del tiempo han visto multiplicarse; generando el malestar consecuente en la prestación de servicios, particularmente agua y electricidad. Sin embargo, Caracas mantiene su belleza propia, su vegetación natural y la imponente vigilancia del Guarairarepano. Desde los lejanos tiempos de sus inicios fundacionales, pasando por los siglos XVII y XVIII, de lenta y precaria formación institucional y humana, y transitar el turbulento siglo XIX signado por la guerra, ruina económica e inestabilidad política, Caracas vio cómo se repartían las feraces tierras que constituyeron el bello valle surcado Oeste-Este por el río Guaire, otrora navegable y de límpidas aguas, en cuyas playas refrescaron sus cuerpos las caraqueñas y los caraqueños de antaño, pero eso sí, separados. Terrofagia y latifundio. El latifundio fue el signo preponderante que sostuvo el hecho económico colonial. Vastas extensiones de tierras fueron entregadas, por vía de mercedes y composiciones, a los que ya eran propietarios, integrantes del mantuanaje criollo de apellidos encumbrados, y de esa manera ampliaban sus posesiones preexistentes. El valle de Caracas, en la fase inicial de la conquista-colonización española, no escapó a esta realidad y grandes porciones de terrenos, de los mejores, se repartieron a los que luego Herrera Luque llamaría los Amos del Valle. El apetito voraz del invasor español por el oro, movió todas sus empresas de conquista. Diego de Losada, venido desde El Tocuyo en enero de 1567, comandando una hueste depredadora, de muerte y de rapiña, estuvo atraído hacia el valle de Caracas por un oro que nunca consiguió, pero si consiguieron a muchos indios que matar, con todo y la enconada resistencia que éstos presentaron a las armas invasoras. Además de tierras, Losada repartió indios en encomienda a sus capitanes y soldados, y así se aseguraba una mano obra indígena compelida a un trabajo de sol a sol sin descanso. En la traza o dibujo de un plano que acompañaba la Relación del Gobernador Juan de Pimentel en 1578, se observan las primeras veinticuatro manzanas de la planta inicial caraqueña. Allí se establecieron, particularmente en las más céntricas parcelas, los acompañantes de Losada, que además recibieron tierras para el cultivo y cuido de animales en los espacios inmediatos. Para los menesterosos, los más pobres, sólo quedaron terrenos en declive, hacia las orillas de las quebradas y ríos. Lo que continuó en el tiempo… En el Archivo Histórico Municipal de Caracas, quedaron registradas las distintas entregas de lotes de terrenos particularmente para la construcción de viviendas. Una cuadra, un solar o un cuarto de solar, medidas en varas (una vara equivale a 80 centímetros actuales) fueron entregadas, con el compromiso del pago de una pensión anual al Concejo Municipal, así a los más poderosos como a la gente pobre, necesitada, que no tenía donde vivir. Entre 1664 y 1668, por ejemplo, se cursaron 43 solicitudes ante el Ayuntamiento, y en algunos casos se trataba de despojo que alguien pretendía hacer de un solar ajeno. Así, el 21 de enero de 1664 José García reclamaba como suyo un solar …”en el barrio de Caruata”… del cual pretendió despojarlo José Romero. Para el 20 de octubre de ese mismo año, Beatriz de Requena, viuda, había recibido medio solar como herencia, pero siendo su condición de …”pobre de solemnidad”… acudió a la instancia municipal para que no se le cobrase la pensión correspondiente, solicitud a la cual no respondió positivamente el Ayuntamiento. Ejemplos como los anteriores fueron muchos en el tiempo, y así vemos como 150 años después, en 1806, Pedro de Vega pide un solar …”situado en esta ciudad y que servía de juego de pelota, en la calle de este nombre”… lo que hoy se denomina esquina de La Pelota. En otra solicitud, Juan García de Miranda pidió un solar de 18 varas de frente por 75 de fondo en El Calvario …”valorizado en sesenta y tres pesos”… Poco a poco se fue ocupando el espacio de Caracas, y se fueron consolidando las grandes propiedades por distintas vías: compra-venta, herencia o entrega por vía institucional. Hacia el Este de la ciudad, hasta Chacao y más allá, se formaron grandes estancias como Blandín (hoy Country Club) Hacienda Ibarra (hoy U.C.V.) El Rosal, La Carlota y Las Mercedes. Otro tanto ocurrió hacia el Sur de Caracas, pero ya a inicios del siglo XX, cuando las familias poderosas (Zuloaga, Boulton, Phelps) construyeron grandes quintas en El Paraíso. Luego debido al crecimiento urbano, migraron hacia el Este, remontando cerros a los cuales dieron los nombras de terrazas o lomas, y levantaron grandes urbanizaciones. El menesteroso que no tenía donde vivir, o el campesino que se vino a la ciudad deslumbrado por un mejor vivir, también fueron a los cerros, a los cuales no cambiaron de nombre, a resguardar su humanidad con endebles viviendas de zinc y cartón piedra. Esto, que representó un crecimiento demográfico desmesurado, también puso de bulto la incapacidad de gobiernos que no supieron dar respuestas contundentes a esta problemática. La Revolución Bolivariana si dio respuestas oportunas a esta situación, y a través de la entrega de certificados de tierras urbanas en conjunto con la Misión Vivienda, ha tratado de adecentar esta crítica situación, que poco ha dotado a las comunidades de sus títulos de propiedad de tierras, así como ha invertido mucho en la solución de la crisis habitacional
Venezuela se incorpora a estudios del espacio profundo
(Caracas, 29 de octubre de 2025).- La ministra de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez Ramírez, informó este miércoles que Venezuela, gracias a las alianzas internacionales, ya forma parte de los estudios del espacio profundo. «Nos hemos incorporado recientemente, gracias a la aprobación del presidente Nicolás Maduro, a los estudios del espacio profundo, para que en el año 2030 Venezuela disponga de una carga útil para el proyecto a Marte», anunció. Aseguró que es una de las grandes noticias para el país, especialmente para quienes se forman en las ingenierías, en la inteligencia artificial, precisó desde la Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño (TTC), durante la instalación del 1er Congreso Internacional Espacial. La finalidad, sostuvo, es que “en el año 2030 Venezuela disponga de una carga útil para el proyecto a marte”. Desde la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE), Venezuela avanza en la exploración del espacio profundo, un área que se asume con un rol participativo y en alianza con las instituciones y gobiernos que poseen una trayectoria dentro del sector espacial. La cooperación entre China y Venezuela beneficia a los pueblos y posiciona a la nación suramericana como un actor relevante en el ámbito espacial. Mincyt / Prensa / PP
Aba Ultra potencia gestión municipal en Coro
(Caracas, 29 de octubre de 2025).- La Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela (Cantv) y la alcaldía Bolivariana del Municipio Miranda del estado Falcón consolidan una alianza estratégica para fortalecer la infraestructura de telecomunicaciones y expandir la conectividad en áreas clave. En esta oportunidad el equipo técnico de la empresa de telecomunicaciones instaló 16 nuevos puntos de conexión a Internet de alta velocidad mediante el servicio Aba Ultra, lo que representa un importante avance en la modernización administrativa y en el impulso de las políticas públicas del municipio. Esta iniciativa tiene como propósito optimizar la gestión municipal, acercar a los contribuyentes y fortalecer la articulación con las 40 comunas y circuitos comunales activos del territorio, promoviendo un gobierno local más eficiente y conectado. La ampliación de la conectividad beneficia a la Superintendencia de Tributos, donde el servicio de fibra óptica agiliza los procesos administrativos y facilita el pago oportuno, cuyos aportes se traducen en obras y servicios para la comunidad. Con esta distribución estratégica de los servicios de Cantv, se afianza el uso de la tecnología GPON como herramienta para mejorar la gestión pública y fortalecer el poder popular. Prensa/Mincyt/Con información de la Cantv
Impulsan vocación científica en Caracas con despliegue en el 23 de Enero
(Caracas, 29 de octubre de 2025).-El Programa Nacional Semilleros Científicos, impulsado por el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), reafirma su compromiso con la territorialización del conocimiento al llevar una exitosa jornada de ciencia y tecnología a la Unidad Educativa Nacional José Vicente Ochoa, ubicada en la parroquia 23 de Enero de Caracas. La actividad logró impactar positivamente a 211 jóvenes estudiantes entusiastas, quienes interactuaron y aprendieron en nueve áreas científicas. Entre las áreas abordadas se encuentran: física y matemática, astronomía, química, ciencias de la salud, microscopía, ecosocialismo, ciencias de la computación, robótica y ciencia para la producción. El despliegue contó con una gran movilización de talento humano y compromiso institucional en el que participaron activamente siete maestros acompañantes de la institución educativa y un equipo de 15 facilitadores dedicados a guiar a los jóvenes. Además, la jornada contó con el apoyo fundamental de 36 profesionales multidisciplinarios provenientes de entes, como la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (Fundacite) en Caracas que lideró esta presencia con 34 representantes. Asimismo, se sumaron expertos del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y del área de Ecosocialismo, enriqueciendo las estaciones formativas. Con estas labores, el Gobierno Bolivariano garantiza el acceso al conocimiento y fomenta la vocación científica en cada rincón de la capital, sentando las bases para el desarrollo científico-tecnológico de la nación. Prensa/Mincyt/Con información de la Fundacite Caracas